Centrados en la calidad: medición de nivel en la fábrica de cerveza familiar Ketterer

Hace años que el consumo per cápita de cerveza está disminuyendo y las fábricas de cerveza deben idear una estrategia para hacer frente a la competencia. Es por ello que la fábrica de cerveza familiar Ketterer de Hornberg, Alemania, se ha propuesto no solo centrarse en ofrecer una cerveza de la mayor calidad, sino hacerlo con un menor consumo de energía y un proceso de elaboración eficiente.  

«Para tener éxito en el mercado, siempre apostamos por nuevas ideas e invertimos en nuevas tecnologías», afirma Klaus Vogt, maestro cervecero y gerente de Ketterer. Las inversiones en tecnología moderna permiten a esta empresa trabajar de forma eficiente, a pesar de que también se aferra a la elaboración tradicional de la cerveza.

Hace 20 años se fijaron en VEGA. Se montó una medición de nivel en un silo de bagazo. Poco a poco, con el paso de los años se fueron añadiendo nuevos puntos de medición. Sobre todo, el aumento de los requisitos higiénicos en los depósitos obligó a aumentar el número de instrumentos de medición. Todos los depósitos de fermentación y de almacenamiento se reformaron para poder limpiarlos mejor. Hoy en día, los sensores de VEGA se utilizan en muchos puntos de la fábrica, por ejemplo, en los sistemas CIP, en el depósito de agua para la cerveza, en los depósitos de fermentación y de almacenamiento, así como en la caldera de la sala de maceración. En este caso los sensores se utilizan como protección contra sobrellenado, favorecen una medición precisa del nivel, y se encargan de la dosificación de las bebidas mixtas y de todo el control del proceso. Vogt valora mucho la proximidad geográfica con VEGA.

Los 14 enormes depósitos de almacenamiento en los que maduran los distintos tipos de cerveza también están equipados con sensores de VEGA. Hasta el momento, un VEGAPULS 63 se encargaba de mostrar el nivel correcto a pesar de las bolas de rociado, un fondo de depósito cónico y las tuberías internas de recirculación para la mezcla de la cerveza con limón. Sin embargo, sobre todo en las bebidas mixtas, a menudo se producía una fuerte generación de espuma que provocaba imprecisiones en la medición. Por este motivo se recomendó el VEGAPULS 64, el sensor radar con una frecuencia de emisión de 80 GHz y una focalización claramente superior. No solo convenció a este fabricante de cerveza con la fiabilidad de sus valores de medición, sino también con su elevada precisión de +/-2 mm. Por norma general, los sensores utilizados en las fábricas cerveceras deben ser resistentes. Los depósitos se limpian en frío, pero de vez en cuando también se utiliza vapor. Para Klaus Vogt y el jefe de la fábrica, Ralf Heizmann, lo más importante es que los sensores ofrecen un funcionamiento sencillo y fiable, además de una gran robustez.

En la última reforma se instaló un nuevo depósito intermedio para agua mineral y, de nuevo, el control del nivel se encargó a un VEGAPULS 64. Dado que el agua para la cerveza tiene mucho que ver con la calidad y el sabor del producto final, estos productores siempre le han prestado mucha atención. Hace unos años descubrieron una nueva fuente en una galería enterrada en un bosque situado al norte de Hornberg. Esta agua especialmente blanda era de tan buena calidad que acabó convirtiéndose en un manantial con el nombre de Hornberger Lebensquell y ahora se vende por toda Alemania. Se ha convertido en el segundo pilar de esta empresa familiar.